Siempre hemos visto el entrenamiento de la flexibilidad como algo sano. Las recomendaciones de “no te vayas sin estirar” después de cada entreno o incluso antes, siempre han sido sinónimo de un mayor rendimiento y recuperación.
De hecho solemos asociar actividades en las que se alcanzan rangos de movimiento extremos, como puede ser el Yoga con una mayor salud y bienestar, en comparación con el entrenamiento de fuerza. Y esto, si que es un gran error.
Necesitamos que nuestros músculos mantengan cierto grado de flexibilidad para favorecer el movernos libremente, y que dicha flexibilidad favorece a la movilidad, al centramiento articular y a una mayor estabilidad.
Pero también es cierto que un exceso de de movilidad y la adopción de ciertas posturas extremas, biomecanicamente comprometidas pueden generar un efecto negativo (degeneración en las articulaciones e inestabilidad).
Por ello, puede que estirar no sea la única forma de mejorar esos rangos de movimiento, o mejor dicho, quizás solo estirar no sea suficiente.
«No son tus músculos los que hacen que estes tenso y rígido, es tu sistema nervioso».
Ahí es donde radica la importancia de aprender a controlar esa tensión muscular. Para ello es clave la utilización de diferentes estrategias, y todas deben estar enfocadas en la mejora del control motor.
Una de ellas es el domino de la fase excéntrica del movimiento. El término excéntrico, tiene que ver con el alargamiento de un músculo, y es un factor bastante importante el el desarrollo de la masa muscular, soy partidario de que no basta solo con moverse bien, el entrenamiento debe ayudar a verte bien también.
Avanzar hacia propuestas que de forma progresiva obliguen a un mayor control multisegmental, a la vez que trabajan la fuerza a través del movimiento son claves no solo para mantener avances sino también para elevar la motivación.
La propuesta.
Un ejemplo de propuesta seria el molino o windmill, que básicamente consta de una bisagra de cadera realizada de forma diagonal y que incluye un trabajo de movilidad torácica y estabilidad el complejo del hombro.
1. Los pies en diagonal.
2. La rodilla del lado de la pierna que lleva el peso por arriba debe permanecer extendida.
3. La otra rodilla ligeramente flexionada.
4. Ambas caderas en flexión
5. Mantener el torso en linea, realizando una bisagra de cadera.
6. El brazo que sostiene el peso debe permanecer estirado y bloqueado en línea con el torso.
7. El otro brazo alineado formando una T entre los brazos y el torso.
8. La mirada del brazo estirado hacia arriba.
Jesús Ochoa Silva
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